Dudas teológicas en torno a la plaga de "ébola"

Hospital Carlos III, en la villa de Leganés de Madrid

Ayer se difundió por la Corte un terrible caso de una buena mujer que atendió a dos venerables religiosos misioneros que se contaminaron de una plaga terrible que se extiende por el África negra y que llaman el "ébola". Los dos eran hermanos de San Juan de Dios y hallábanse en sendos hospitales para curar y auxiliar a los muchos infeccionados en aquellas tierras. El gobierno de S. M. determinó traerles a la Corte con grandes demostraciones y medidas para buscarles un remedio o que murieran aquí con mejores cuidados. Vaciáronse muchas estancias en un hospital, tomaron muchas precauciones para que uno y otro de aquellos santos varones no contaminaran a nadie. Los dos murieron.

desde ayer en muchos templos de la Corte,
como la iglesia rectoral del Espíritu Santo,
del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, en la calle de Serrano, las gentes
rezaban y formaban corrillos a las puertas,
comentando las noticias sobre la plaga

Y ahora una señora que trabajó en el hospital la encontraron también dañada. Unas gentes están aterradas, las más sensatas acuden implorando al cielo.
La Inquisición General Eclesiástica y muchos ordinarios han pensado acudir a Roma con urgencia para determinar cuál sea un celestial patrono intercesor a quien acudir para impetrar la salud ante este mal tan dañoso y contagioso.

imagen de bulto de
San Juan de Dios,
de Juan de Mena (en Granada)

San Roque y San Sebastián, un santo
medieval y otro un mártir romano,
pintados en el siglo XVI 
(en Calvera, Barbastro-Monzón)

estampa de Nuestra Señora, invocada
como Salus Infirmorum

Unos dicen que ha de ser San Roque, que él mismo padeció de la peste, que mucho se parece por su gravedad y dolencias. Otros dicen que a San Sebastián, a quien también se pide por enfermedades infeciosas que laceran el cuerpo como los dardos con que a él le atravesaron.

Muchos prefieren que sea San Juan de Dios, puesto que los religiosos que dieron su vida contaminándose con esta plaga eran de su Orden y él mismo fue gentil servidor de los enfermos más apestosos e incurables.También hay pareceres en favor de Nuestra Señora, que es Salus Infirmorum y que el mal es tan gran amenaza para el entero mundo que sólo acudir a la Madre de Dios puede ser la intercesión apropiada.

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Publícase hoy el nombramiento de Mons. Morga Iruzubieta, arzobispo titular de Alba Maritima, como coadjutor de Mérida-Badajoz. El metropolitano actual es ya mayor y el próximo año ha de jubilarse, y D. Celso, que así se llama el prelado preconizado, ha ocupado un alto puesto en la curia romana, pero S. S. cambió al prefecto de la congregación del Clero, en la que servía, y pidió a S. M. que le diera un destino digno en la Iglesia en España. Es un sacerdote muy docto, canonista, y de muy reconocida piedad.