Conmoción popular por el juego

El entretenimiento en nuestros días parece haberse convertido en la principal preocupación de las gentes. En España y en gran parte de los pueblos del mundo el juego del "fútbol" (balompié, aunque en desuso, es la denominación más original en español), provoca reacciones desmedidas. Ahora se desarrolla en Brasil un certamen de este juego, y la derrota del equipo del propio anfitrión, por un resultado desproporcionado, es objeto de comentarios por todo tipo de gentes. Además otros jugadores muy fuertes, los holandeses, han sido derrotados por los argentinos, de forma muy sorprendente para muchos.

sede en la calle Torija de Madrid, de la Inquisición General
Eclesiástica de España, cuyo titular es el obispo español
que preside la Conferencia Episcopal

El juego ha provocado la aparición de pasiones y vicios de todo tipo. Algunos se han arrastrado a las apuestas, empeñando mucho dinero y bienes, con grave riesgo de ruina propia y de la familia. Por este motivo también se ha interesado a la Inquisición General y Civil para que advierta al gobierno que tome medidas para evitar estas inmoralidades que tanto escándalo producen y están a la vista de todos.

sede de la Inquisición General Civil del Reino,
en el palacio de los marqueses de Bermejillo, en Madrid

Hace más de un año fue el propio Inquisidor General Eclesiástico el que amenazó con censuras a la Intendencia General de la Provincia de Madrid, ante el proyecto de modificar leyes penales y de buen gobierno para que un acaudalado estadounidense, con una gran fortuna obtenida de modos muy irregulares, estableciera unas casas y negocios en las afueras de Alcorcón. Gracias a Dios que tales censuras hicieron efecto en este mundo que tantas ocasiones presenta de dar por buena a la inmoralidad.

 Pero el Inquisidor General Civil no parece que vaya a actuar, pues muchos dicen que si establecieron a una mujer, la Excma. Sra. Marquesa de Salvatierra (por su esposo), Dª Soledad Becerril, al frente de tan alta institución, sólo fue para debilitar más la influencia que pueda tener para enfrentarse a los desmanes morales que puedan realizar los gobernantes.