Preparativos de guerra en España, la Tierra Santa se desangra y el Oriente de Europa también en pie de guerra

El Excmo. Sr. Embajador de S. M. Católica
saluda a S. M. la Reina de Gran Bretaña

• La Armada española se halla alertada y las tropas de infantería, Legión y Guardia Civil de la Capitanía General de Andalucía se aprestan para la lucha, si, Dios no lo quiera, la Reina de Inglaterra y Escocia no llega a firmar un acuerdo con España. Hace algunos días un navío español maniobró en las cercanías de Gibraltar, en aguas no jurisdiccionales, pero que los ingleses consideran suyas. La Reina Isabel II, mediante su ministro que allí llaman del Foreign Office, llamó al embajador de S. M., Don Federico de Trillo-Figueroa, caballero de la Orden de Carlos III y secretario de Estado y del Despacho que fue de los Ejércitos, para protestar.

Embajada de los judíos ante S. M. Católica
en la calle Velázquez de Madrid

• En Tierra Santa, judíos y palestinos vuelven a tomar las armas, y con toda crueldad se matan hombres, mujeres y niños, inocentes y criminales. Su Santidad ha apelado a la oración para llegar a la paz, pero las ansias de venganza de unos y otros son de espanto. Su Majestad Católica, como Rey de Jerusalén que es, también desea la paz, pero ha decidido no enviar armas ni soldados, por los efectos contrarios que pudiera causar.

Embajada de los palestinos ante S. M. Católica en la calle Pío XII de Madrid

Embajada de Ucrania ante S. M. Católica
en la rotonda de la Abubilla de Madrid

• Los rusos y los ucranianos se hallan en guerra por unos territorios del oriente de Ucrania que hace años fueron desgajados de Rusia y ahora muchas de sus gentes quieren unir a Rusia. La alianza de las naciones europeas conocida como Unión Europea aspira a integrar a Ucrania. Y hace unos días una nave aérea de la lejana Malasia fue derribada tras recibir un ataque de un proyectil. Han sido centenares los muertos de muchas naciones y no se conoce quién es el culpable. Rusos y ucranianos se acusan mutuamente, pero casi todos sospechan de aquéllos, que buscan un pretexto para invadir con sus tropas a la Ucrania. También Su Santidad ha implorado la paz, pero son muchos los intereses y muchas las ambiciones de los hombres, más aún cuando el gobierno de Rusia aún no ha sido devuelto a sus soberanos, sino que lo ejercen gentes sin escrúpulos y más políticos que morales.

Embajada de Rusia ante S. M. Católica en la calle Velázquez de Madrid